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Con zuecos y pijama

Por Marcos Pastor Galán

Andalucía sin sanidad


En estas semanas donde nos invadían con cientos de noticias absurdas, cuyos titulares parecían ser la candidatura al premio Ortega y Gasset de los periodistas que las relataban, de repente surgen cuestiones alarmantes, como las imágenes del CECOPI de la Comunidad Valenciana durante la DANA. Y así, mientras, parece que se eclipsa una noticia verdaderamente preocupante para ver si pasa página pronto sin que nadie tenga que responsabilizarse.

La prevención es la madre de la salud, sin embargo, no todo es previsible. Por eso, tenemos que hacer hincapié, sin olvidar las actuaciones preventivas, al diagnóstico precoz. El mejor ejemplo de lo que no es diagnosticar a tiempo se resumen en el titular de El HuffPost: "Más de 2.000 mamografías "dudosas": qué ha pasado con el cribado de cáncer de mama en Andalucía". El problema, es que una vez destapado un titular, quienes trataban de esconderlo entre noticias basura han tenido que abrir el melón también.

Lo que la Junta de Andalucía del Partido Popular ha calificado como "casos aislados", para no variar en el uso de la expresión de la corporación, asciende a pasos agigantados en el número de mujeres afectas. Esto no deja claro si se trata una vez más de miles de casos aislados o es una forma con tintes machistas donde minusvalorar el problema.

Por su parte, la Consejera de Sanidad, ha declarado que se hacen cribados y "se han diagnosticado 1.800 cánceres de mama que, de otra forma, no se habrían detectado", como si por hacer su trabajo, se exima de responsabilidad una negligencia completamente inaceptable. Algo así como que no pasa nada porque atropelle con el coche a 500 personas un día porque a diario evito hacerlo.

Por otro lado, la Asociación de Mujeres contra el Cáncer de Mama (Amama) ha denunciado que no es algo nuevo. Aseguran que los fallos y retrasos en el diagnóstico de los cribados llevan sucediendo años. Dos caras muy diferentes de una misma moneda que nos llevan a evaluar si la pésima gestión del sistema sanitario andaluz tiene por objetivo privatizar o directamente reducir la población.

Aún se está investigando qué ha sucedido, pero ya se sabe que todo proceso interno y sin auditar en una crisis como esta, tiene la misma fiabilidad que confiar una saca de gominolas a una clase de primaria. Por lo pronto, esperemos que no caiga en el olvido como suele suceder con cada noticia molesta para que todas esas mujeres afectadas puedan recibir el diagnóstico correcto y, si procede, el tratamiento.