Es la tendencia viral del momento. El robo de unos gallos a unas familias de etnia gitana de Valladolid ha llegado a cientos de miles de personas en apenas tres días, gracias a dos vídeos redifundidos a través de X y Tiktok. Las redes se han llenado de memes, chistes y un montón de sentidas críticas por parte de los habituales usuarios que dedican tiempo a estas películas sociales.
En el primero de los vídeos, grabado de noche, un grupo formado al estilo clan reclama la devolución de los gallos en 24 horas "por las buenas", anunciando que no habrá consecuencias, "bajamos mi primo y yo a por ellos, no queremos jaleos, no se entera nadie". Después de citar a la mitad de los galleros de España, a continuación advierten en tono amenazante que los autores serán localizados porque cuentan con las grabaciones de unas supuestas cámaras y "se tendrán que ir de Valladolid para toda la vida". El mensaje se resume en un "si nos ponemos, somos muy malos".
El segundo de los vídeos, grabado con luz de día, cuenta con los mismos portavoces del grupo, que tremendamente cabreados insultan y amenazan a los autores del robo y, de paso, se acuerdan de todos sus antepasados muertos. Al parecer, alguien les había anunciado a través de una cuenta falsa un plazo no cumplido de devolución de las aves. El mosqueo expresado en imagen y sonido es elocuente, macarra. En total, entre ambos audiovisuales suman casi 700.000 visionados, con miles de comentarios y 'likes'.
De momento, la Policía Local de Soria ha encontrado en un polígono industrial de las afueras de la ciudad diez de los veintisiete gallos desaparecidos en el interior de unas cajas (dos de ellos muertos), mientras que la Policía Nacional de Valladolid se ha hecho cargo de la investigación, tras la denuncia presentada en su día por los propietarios. La peripecia ha sido recogida ya en unos cuantos medios de comunicación de medio país.
¿Y por qué tanto drama por unos gallos? Pues obviamente porque se trata de animales de pelea, que mueven apuestas y dinero. En el Barrio de Las Flores de Valladolid, donde residen los protagonistas de esta historia, existen recintos de quita y pon para este tipo de luchas clandestinas. En los últimos días, tras hacerse viral el robo, efectivos de la Policía Nacional han encontrado evidentes pruebas de corros ilegales, de cuya existencia siempre ha tenido conocimiento la Delegación del Gobierno.
Esta historia de joyas con plumas tiene cierta coña 'típical hispanis' por cómo se ha desarrollado y se ha hecho viral, aunque en realidad es un tema muy serio. Estamos hablando de maltrato animal en actividades ilegales, donde corre el dinero y al que asisten menores a menudo. Me confirma un amigo policía, que son casos muy aislados en Castilla y León, pero que casi siempre se sabe en qué lugares ocurre y que hay cierta manga ancha porque al final "son cuatro gatos, es su ocio, mejor que se desahoguen así que de otras maneras". Me gustaría escuchar alguna versión oficial al respecto por parte de las autoridades competentes y también, cómo no, conocer cómo termina esta viral historia.
Las peleas de gallos eran habituales en numerosos rincones de España hace algunas décadas. Por fortuna, la sociedad ha evolucionado. Cuando empezaban a ser perseguidas por la ley pude asistir en Mijas a una de ellas en la década de los setenta. Toda una masacre que me obligó, dada la situación del momento, a observar más los gritos y los incendiarios rostros del público asistente que la sangría que tenía lugar delante de mis narices. Y lo que me pareció una locura total fue el sistema de apuestas y las elevadas cantidades de dinero que se jugaba el personal. Toda una experiencia.