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OCIOZINE

Por Raquel W. Polo

El hombre de arena


De verdad que lo he intentado. Quería hablaros de la serie que ha vuelto adolescente a medio mundo este verano, pero no ha habido forma. Curiosamente me encantaron las películas del otro éxito de Jenny Han, la trilogía de A todos los chicos, protagonizada por Lana Condor y un entonces desconocido Peter Centineo, pero cada vez que intento poner el primer episodio de El verano que me enamoré, mi dedo es incapaz de dar al play del mando. Puede que sea porque no hay nada que odie más que un triángulo amoroso.

Así que hoy os voy a hablar del extremo opuesto. Una serie oscura de uno de los escritores más odiados de la actualidad.

Neil Gaiman es un autor de fantasía que ha visto varias de sus obras adaptadas a la pantalla. La primera que descubrí fue American Gods. Pero mi cerebro no fue capaz de asimilarla y no pasé de la primera temporada.

Luego, gracias sean dadas al cielo,  llegó Good Omens, protagonizada por David Tennant y Michael Sheen. La primera adaptación con un presupuesto, una producción y un cast digno del maestro Sir Terry Pratchett, aunque se tratara de un libro escrito a medias.

Y la serie de la que os quiero hablar hoy, The Sandman. Protagonizada por el inglés Tom Sturridge, un nepo-baby del que no había oído hablar en mi vida, que parece que se vaya a arrancar a cantar Friday I’m in Love en cualquier momento, que susurra más que habla y que compite en morritos con Daniel Craig.

Él es Dream (Sueño), también conocido como Morfeo, uno de los Eternos, los hijos de Noche y Tiempo; sus hermanos son Death, Desire, Despair, Delirium, Destiny y Destruction (Muerte, Deseo, Desespero, Delirio, Destino y Destrucción).

Dream ha estado preso en una celda de cristal durante más de cien años por un ocultista que, en realidad, a quien quería cazar era su hermana Death. Después de tanto tiempo, la humanidad empieza a sufrir su ausencia, gente que no puede soñar y, lo que es peor, que se queda atrapada en los sueños sin poder despertar. Alguien debe hacer algo.

Cuando Dream consigue escapar, deberá primero recuperar sus tres objetos de poder, una bolsa de arena, un rubí y un casco, enfrentarse a Lucifer, regresar a su reino, poner orden y acabar con todos los problemas que han surgido durante su ausencia. Pesadillas que se escapan, personas que pueden derribar los muros entre el mundo real y el de los sueños…

Sólo en la primera temporada vimos y escuchamos nombres de los que sí había oído hablar antes. Algunos seguro que os suenan, como Patton Oswalt, Gwendoline Christie, Stephen Fry, James McAvoy, o un tal Mark Hamill.

La serie iba tan bien que la renovaron para una segunda temporada, pero en plena producción salieron a la luz las declaraciones de varias mujeres que acusaban a Gaiman de conductas sexuales inapropiadas e incluso de violación. Lo que supuso su cancelación inmediata y la de sus adaptaciones: The Graveyard Book, que iba a ser producida por Disney, la serie Dead Boy Detectives, Good Omens o esta, que requirieron de precipitados episodios finales.

Es una serie, como os decía, oscura y misteriosa, perfecta para estas fechas en las que algunos están pensando ya en las calabazas y otros directamente en el turrón. Está en Netflix.